Jerónimo Ríos Narratvas militares actuales sobre la Guerra del Pacífico, 1879-1883
Narrativas militares actuales sobre la
Guerra del Pacífico, 1879-1883
Narrativas militares atuais sobre a Guerra do Pacífico,
1879-1883
Current Military Narratives on the War of the Pacific,
1879-1883
Jerónimo Ríos1
1. Investigador postdoctoral en la
Facultad de Ciencias Políticas y Socio-
logía de la Universidad Complutense de
Madrid como beneficiario de las Ayudas
de Atracción del Talento Investigador
DOI: 10.5752/P.2317-773X.2021v9.n1.p7
que cofinancia la Comunidad de Madrid
(2018). Este trabajo es resultado del
proyecto 2018-T2/SOC-10508. Email:
Recebido en 7 de diciembre de 2019
jeronimo.rios@ucm.es ORCID: http://
Acepto en 13 de abril de 2020
orcid.org/0000-0003-3574-0116
Resumen
Este trabajo tiene como principal intención presentar narrativas y lecturas que,
desde el alto estamento militar, se realizan actualmente en torno a la Guerra
del Pacífico, acontecida entre 1879 y 1883. El objetivo es mostrar de qué modo
Generales y altos mandos militares de los tres países implicados en el conflicto
bélico relatan los acontecimientos sucedidos. De esta manera, los orígenes de la
guerra, la inserción en el relato nacional, la configuración de las relaciones geo-
políticas o los horizontes futuros son objeto de reflexión y análisis. Lo anterior,
para mostrar de qué modo la guerra más importante en la configuración geo-
política de América Latina sigue muy presente tanto en el relato historiográfico
como en el relato nacional.
Palabras-clave: Guerra del Pacífico. Historia Militar. Narrativas. Discursos.
Fuerzas Militares.
Resumo
Este trabalho tem como principal intenção apresentar narrativas e leituras que,
do alto escalão militar, são feitas atualmente em torno da Guerra do Pacífico,
ocorrida entre 1879 e 1883. O objetivo é mostrar como generais e altos oficiais
militares dos três países envolvidos na guerra relacionam os eventos ocorridos.
Assim, as origens da guerra, a inserção na história nacional, a configuração das
relações geopolíticas ou os horizontes futuros são objeto de reflexão e análise. O
acima, para mostrar como a guerra mais importante na configuração geopolíti-
ca da América Latina ainda está muito presente tanto na história historiográfica
quanto na história nacional.
Palavras-chave: Guerra Do Pacífico. História Militar. Narrativas. Discursos.
Forças Militares.
7
estudos internacionais • Belo Horizonte, ISSN 2317-773X, v. 9, n. 1, (abr. 2021), p. 7-23
Abstract
This work has as main intention to present narratives and readings that, from
the high military establishment, exist at the moment around the War of the Pa-
cific, happened between 1879 and 1883. The objective is to show how Generals
and senior military officers of the three countries involved in the war relate the
events of the war. Thus, elements such as the origins of the war, insertion in
the national story, the configuration of geopolitical relations or the future of
the region are analyzed. The above, to show how the most important war in
the geopolitical configuration of Latin America is still very present both in the
historiographic narrative and in the national story.
Keywords: War of the Pacific. Military History. Narratives. Discourses. Military Forces.
Introducción
El siguiente trabajo aborda las narrativas en torno a una guerra
cuyas consecuencias siguen vigentes en el escenario latinoamericano: la
Guerra del Pacífico. Una guerra que, entre 1879 y 1883, hunde sus raíces
décadas atrás y proyecta sus consecuencias casi siglo y medio después.
El objetivo general del trabajo es analizar las miradas que se realizan al
respecto desde la historia militar de los tres países involucrados: Bolivia,
Chile y Perú. Así, se trata de presentar cómo se comprende hoy el inicio
de la guerra, sus motivaciones, su desarrollo y sus consecuencias. Esto,
igualmente, para conocer cómo se inserta la guerra en el relato nacional,
cómo se configura el espacio geopolítico y qué miradas ofrece para el
futuro de la región.
Metodológicamente, el trabajo se sirve de relatos obtenidos a partir
de entrevistas en profundidad con altos mandos de las Fuerzas Militares
de Bolivia, Chile y Perú. Todos los entrevistados son historiadores milita-
res -muchos de ellos, referencia académica en la disciplina latinoamerica-
na- y algunos, con cargos de responsabilidad en los centros, comisiones y
academias de la historia militar de sus respectivos países. De esta manera,
permiten comprender de qué modo, aunque sus visiones no representan
necesariamente la posición institucional de sus respectivos estamentos
militares, entre historiadores militares de alto rango de los tres países
involucrados, es posible encontrar lecturas en torno al hecho bélico clara-
mente divergentes y enfrentadas entre sí.
Del lado boliviano fueron entrevistados tres reconocidos generales
bolivianos como son Tomás Peña y Lillo (General de División (r) de las
Fuerzas Armadas de Bolivia), Luis Fernando Alcázar (General de División
(r) de las Fuerzas Armadas de Bolivia) y Víctor Manuel Jemio (General de
División (r) de las Fuerzas Armadas de Bolivia). De lado chileno, cabe des-
tacar la significativa participación de cuatro de las figuras de la historia
militar más relevante del país: José Francisco Enberg Castro (Coronel (r)
del Ejército chileno), Roberto Arancibia Claver (General de División del
Ejército chileno), Christian Le Dantec (General de División (r) y ex Jefe
del Estado Mayor Conjunto) y Marcos López Ardiles (General de División
(r) del Ejército chileno y ex presidente de la Academia de Historia Mili-
tar). A todos ellos habría que añadir dos destacadas voces provenientes de
8
Jerónimo Ríos Narratvas militares actuales sobre la Guerra del Pacífico, 1879-1883
Perú: Julio Cassaretto Bardales (Coronel (r) del Ejército del Perú) y Alber-
to Castro Villa (Mayor del Ejército Peruano y subdirector de la Comisión
Permanente de Historia del Ejército del Perú). Todas las entrevistas se
realizaron entre julio y septiembre de 2018.
Finalmente, el trabajo se estructura en cuatro partes claramente
diferenciadas. En primer lugar, se presenta un breve marco teórico sobre
lo importante del uso de las narrativas en la investigación geopolítica en
la que se inscribe este trabajo. Después, se presentan algunas de las líneas
predominantes en el análisis discursivo de la Guerra del Pacífico, lo cual,
de alguna manera, hace parte de lo que se conoce como Historia Militar
y en donde se podrá dar cuenta de una marcada impronta nacionalista
(Black, 2004). En tercer lugar, y evitando una descripción de la Guerra del
Pacífico -para lo cual ya existe una prolija literatura al respecto- se pre-
sentan las diferentes narrativas y comprensiones del hecho bélico objeto
de estudio, a partir de miradas histórico-militares provenientes de Boli-
via, Chile y Perú. Se concluye con las consideraciones más significativas
planteadas, abriendo la vía a investigaciones futuras.
Las narrativas en la investigación histórica y geopolítica
El discurso geopolítico brinda la oportunidad de profundizar en
el sentido de las prácticas políticas y las interpretaciones históricas y es-
paciales de la guerra. Así, es imprescindible abordar cómo las narrativas,
entre otras cuestiones, configuras dichos discursos políticos. Tales narra-
tivas, como proponen Ríos y Cairo (2018), han sido ampliamente utiliza-
das en la investigación social, política y geográfica. Por ejemplo, Prokkola
(2014) y Kuus (2013) han hecho aportaciones al uso de las narrativas como
método de investigación particular para la geografía política, dado que
las narrativas permiten “darle sentido a la experiencia y construyen sig-
nificado” (Prokkola, 2014: 442). Algo que permite ir más allá del estricto
análisis semántico para entrar así en otros lugares de análisis como la
enunciación o las estrategias de los actores emisores del discurso.
Entre las muchas formas de obtener narrativas sociales, este trabajo
ha optado por dos de ellas: una revisión bibliográfica de artículos y traba-
jos, sobre todo de carácter discursivo y también historiográfico, y entre-
vistas semiestructuradas y en profundidad a personalidades de la historia
militar de los países involucrados en la Guerra del Pacífico.
Aunque inicialmente pudiera reconocerse el hecho de que el uso
de entrevistas en la investigación geopolítica es más infrecuente que en
otros ámbitos, la misma Kuus (2017) reconoce que su utilidad sirve para
superar las limitaciones de las investigaciones de “especialistas” que no
pueden embarcarse en un trabajo etnográfico más amplio:
Las entrevistas pueden usarse para trazar una vía intermedia entre la conver-
sación académica “atrapada” fluida sobre políticas y la declaración académica
“cosmopolita” de ofrecer un recuento etnográfico de la política exterior sobre la
base de unos pocos encuentros estrictamente regulados (KUUS, 2017, p. 123).
Si bien es cierto que Kuus orienta su trabajo a reflexionar sobre
el uso de la etnografía en el análisis de las burocracias encargadas de la
política exterior, su validez es extrapolable para un trabajo como éste,
9
estudos internacionais • Belo Horizonte, ISSN 2317-773X, v. 9, n. 1, (abr. 2021), p. 7-23
que explora la interpretación geopolítica de la Guerra del Pacífico, tanto
en retrospectiva como mirando al futuro. Lo anterior, también, porque
en entrevistas de una hora, “el investigador es alimentado con temas de
discusión propios de un relaciones públicas” (2013: 118). Ello no sustituye
al trabajo etnográfico, pero permite disponer de datos significativos para
entender el alcance histórico-espacial de las narrativas de los entrevista-
dos en torno a la guerra.
Las narrativas son parte del análisis del discurso y conducen a
distintas argumentaciones desde las que comprender un fenómeno par-
ticular. Así, recurrir a las narrativas facilita la posibilidad de construir
un conocimiento sistemático sobre el que se interpretan y representan
procesos geopolíticos e históricos en donde cobran significado los relatos
(Lanza, 2017), como en esta ocasión, de las Fuerzas Militares en torno a
la Guerra del Pacífico. Esto supone atender y entender el modo en el que
se proyectan las lecturas e interpretaciones actuales, tanto en clave geo-
política ad extra, como en relación con el mismo relato nacional, ad intra.
Empero, no por ello las narrativas y relatos deben reducirse a dimensio-
nes temporales restringidas, sino que los testimonios, como se plantean,
han de responder a lecturas que se remonten a lo largo del tiempo. Esto,
para que su confluencia favorezca la creación de una trama en la que se
contrasta el objeto de análisis desde la interacción entre las conjeturas
propias del investigador y la evidencia relativa del fenómeno estudiado
(Barzelay y Cortázar, 2004).
Lo anterior, como proponen Ríos y Cairo (2018), no es óbice para
que las narrativas estén cargadas de ideología, dada la propia dimensión
política del objeto de estudio, y en tanto que son “mapas de una reali-
dad social problemática y matrices para crear una conciencia colectiva”
(Geertz, 1987: 178). Dicho de otro modo, las narrativas han de interpre-
tarse cargadas de una ideología que define u oscurece categorías sociales,
estabiliza o perturba expectativas, mantiene o mina normas, fortalece
o debilita el consenso y alivia o exacerba las tensiones (Ariño, 1997; Van
Dijk, 2005 en Ríos y Cairo, 2018).
Finalmente, todo lo expuesto se inscribe sobre la base de un mar-
co conceptual y de categorías de análisis que se centrarán en visibilizar
las lecturas que se hacen sobre 1) lo que supuso la Guerra del Pacífico
en términos de configuración del código geopolítico de cada uno de los
interesados; 2) las rupturas y/o continuidades, desde entonces, en las rela-
ciones de los tres países involucrados; y 3) las percepciones, imaginarios,
atributos o consideraciones que, mediatizados por el acontecimiento de
la guerra, predominan entre los vecinos de la región, con base en un im-
portante acervo nacional.
En conclusión, es en los conflictos del significado dónde verdade-
ramente tiene lugar la política y el sentido histórico (Edelman, 1991). En
el lenguaje presente en las narrativas se podrá dar cuenta, como plantean
Van Dijk (2004), de qué manera se constituye el significado aliado/enemi-
go, las fronteras de la relación conflicto/cooperación, los distintos niveles
de legitimación de las relaciones geopolíticas herencia de la guerra, aparte
de las lecturas reconstructivas del pasado y de las proyecciones hacia el
futuro, en este caso, entre los protagonistas de la Guerra del Pacífico.
10
Jerónimo Ríos Narratvas militares actuales sobre la Guerra del Pacífico, 1879-1883
Revisitando la literatura sobre la guerra del pacífico
De la Guerra del Pacífico se ha escrito una prolija literatura,
siendo obligada referencia los trabajos de Sater (2007) o Farcau (2000),
aparte de las aproximaciones particulares de Querejazu (1978), Abecía
(1979) y Klein (1996) sobre Bolivia, de Blakemore (1986) Sater (1986) o
Stockmeyer (2016) respecto de Chile, o de Bonilla (1974; 1980) y Klaren
(1996) en torno a Perú. Recientemente, sobre Chile se ha investigado
respecto de sus acciones de botines y saqueos (Olguín, 2016) o de la
confiscación de bienes culturales limeños por las tropas chilenas (Go-
doy, 2011). Igualmente, existen trabajos centrados en las consecuencias
de la guerra sobre los códigos geopolíticos de los países intervinien-
tes, como el trabajo de Figueroa (2011) y las relaciones Chile-Ecuador.
También, en los últimos años se han publicado investigaciones sobre
las consecuencias de la guerra y la muerte entre soldados aliados de
Bolivia y Perú durante la campaña de Tacna (Rojas, Araya y Ramírez,
2017); sobre la recuperación económica de los países perdedores (Ze-
garra, 2018) o respecto de los costes económicos de la guerra (Sicotte,
Vizcarra y Wandsschneider, 2009). De igual modo, en referencia a las
causas de la guerra, ya sea en atención a la cuestión salitrera (Mora,
2008; Godoy, 2016), o en relación a la construcción del espacio geopo-
lítico en disputa, como sugieren Figueroa (2011), Miranda y Gómez
(2016) o McEvoy (2006).
Desde la mirada de los estudios sobre la construcción y el sig-
nificado de los discursos en los últimos años es posible encontrar una
literatura abundante. Arellano (2015) intenta mostrar el modo en que se
construyó el discurso chileno a tenor de la Guerra del Pacífico y cómo
éste sirvió para estimular el acervo nacional y justificar la violencia so-
bre la agresión externa. Otros como Ibarra (2016) se centran en la sátira
cómica y periodística sobre peruanos y bolivianos bajo los años de la
guerra, mientras que Rojas y Salazar (2015) analizan la misma cuestión,
pero desde la representación escénica y teatral. Aportaciones como la de
McEvoy (2012) se focalizan en el trinomio discursivo chileno “masculi-
nidad-superioridad racial-civilización” frente a los países aliados. Sobre
Perú cabría destacar el aporte de González (2014), centrado en el fervor
patriótico y en el racismo, mutuamente excluyente, y especialmente de
peruanos y chilenos, como reconoce Arellano (2012).
Asimismo, McEvoy (2010; 2011) se detiene en la clave identidad/al-
teridad y civilización/barbarie para entender los discursos de la Guerra
del Pacífico. Finalmente, no se pueden pasar por alto otras aportaciones,
centradas en la relación guerra/educación del trabajo de Fernández et al.,
(2017), que muestra cómo los relatos de la guerra son insertados en los
materiales educativos de los países en disputa, produciéndose una recrea-
ción e interpretación de los acontecimientos bajo la mirada del orgullo
nacional. Finalmente, en lo que concierne a los imaginarios enfrentados
debe mencionarse el aporte de Parodi (2010), en relación a cómo os ma-
nuales chilenos representan la Guerra del Pacífico y, asimismo, cómo lo
hacen los peruanos (Parodi y Chaupis, 2019).
11
estudos internacionais • Belo Horizonte, ISSN 2317-773X, v. 9, n. 1, (abr. 2021), p. 7-23
La Guerra del Pacífico: una mirada retrospectiva sobre sus orígenes
Un primer punto de confrontación discursiva gravita en torno al
origen mismo de la guerra. Cuando se habla del inicio de la Guerra del
Pacífico, predomina como desencadenante la subida de impuestos de fe-
brero de 1878 a la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, lo
cual vulneraba a todas luces el tratado de 1874. Frente a esta situación,
Chile es que solicita un proceso de arbitraje que el entonces mandatario
boliviano, Hilarión Daza, rechaza por entender que es un aspecto interno
de la soberanía boliviana.
El no cumplimiento por parte de Bolivia de tratados contraídos entre ambos
países (tratados de 1866 y 1874) marca el inicio de todo. Bolivia no aceptó un
arbitraje solicitado por Chile, no quedando más remedio que ocupar Antofagas-
ta para defender sus intereses económicos, que se consideraban vitales para el
precario desarrollo en esa época (Entrevista al Coronel Francisco Enberg (Chile),
julio de 2018).
A pesar de ser interpretado como una respuesta normal a la provo-
cación boliviana, en la mirada del altiplano se plantea que la subida del
impuesto y la vulneración del tratado de 1874 más bien fue un pretexto
que fungió como casus belli de una tensión y una aspiración mucho más
compleja y remota en el tiempo:
Se ha querido imponer algunos criterios que están basados en mentiras y falacias
y que han configurado una historia que no responde a la verdad. Por ejemplo,
la elevación de los impuestos o el incumplimiento del tratado de 1874, cuando
fue fruto de una ambición anglo-chilena sobre el guano y salitre (Entrevista al
General Alcázar (Bolivia), agosto de 2018).
Estas dos miradas distintas sobre el controvertido tema del impues-
to conducen a un debate historiográfico más amplio, que pasa por identi-
ficar cuál es el verdadero punto de partida de la crisis que origina la Guer-
ra del Pacífico. Lo anterior, añadido a la principal motivación geopolítica
que reposa en la agresión chilena. Así, al remontarse a los orígenes de las
tensiones territoriales entre Perú, Chile, Bolivia y Argentina, un punto de
partida que dificulta todo lo anterior es la imprecisión de las fronteras de
la herencia colonial, y que ya alimentó otras controversias en la segunda
década del siglo XIX. También, el hecho de que Tarapacá y Antofagasta se
descubriesen grandes cunas de salitre y guano va a alimentar discrepan-
cias y reclamos, especialmente, entre Chile y Bolivia, de modo que, para
la mirada boliviana, es ahí donde inicia la Guerra del Pacífico.
La invasión no empezó en febrero de 1879 como aparece en los anales, porque
el 31 de octubre de 1842, Chile aprueba la Ley Rengifo donde se apoderaba de
las guaneras de Atacama en el 23°S. Ahí comienza el problema marítimo y su
avance hacia al norte (Entrevista al General Alcázar (Bolivia), agosto de 2018).
Desde 1842, cuando se descubre la riqueza mineralógica de Bolivia, es que
comienzan los intentos reiterados de usurpación por parte de Chile, quien se pre-
para para el despojo, el saqueo y la usurpación. Es decir, la guerra comenzó en
1842 y Chile se preparó durante 36 años) Entrevista al General Alcázar (Bolivia),
agosto de 2018.
Después llegarán los tratados limítrofes de 1866 -por los que se esta-
blecía el límite sobre el paralelo 24°S y se compartían las ganancias de los
minerales que se extraían entre el 23°S y el 25°S. Este tratado sería anulado
por el gobierno boliviano de Mariano Melgarejo, en 1871, firmándose un
12
Jerónimo Ríos Narratvas militares actuales sobre la Guerra del Pacífico, 1879-1883
segundo tratado, en 1874, que fijaba la tasa impositiva sobre la extracción
de salitre y guano -y que Hilarión Daza vulnerará en 1878 desencadenando
la guerra. Tal y como cabe advertir, el recelo que Chile comienza a generar
en la región es manifiesto y resulta extensible a vecinos como Argentina,
Bolivia y Perú. Para la visión chilena, en cierto modo, pudiera pensarse que
la guerra era una salida irrenunciable ante la falta de medios diplomáticos:
La Guerra del Pacífico constituye la resolución de conflictos que se arrastraban
desde la colonia entre naciones en proceso de consolidación que no pudieron
ser solucionados por la política. En el caso de Chile - Bolivia es la consolidación
de las fronteras y en el caso de Chile - Perú, la lucha de poder por la hegemonía
económica en el Pacifico (Entrevista al General Le Dantec (Chile), julio de 2018).
Me impresiona la capacidad de respuesta que tuvo el Estado de Chile y sus ciuda-
danos frente a la provocación del gobierno boliviano, que transgredió un tratado
internacional firmado en 1874. La reacción gradual que observó Chile ante la de-
cisión del gobierno de La Paz de cobrar impuestos a las empresas chilenas y, más
tarde, de proceder a su remate, es una demostración de que el gobierno de Chile
buscó diversos caminos diplomáticos antes de emplear la fuerza para reivindicar
sus derechos (Entrevista al General López (Chile), julio de 2018).
Lo anterior justificaría el controvertido acuerdo secreto - no tan se-
creto- entre Bolivia y Perú, suscrito en 1873, y que implicaba una asisten-
cia militar recíproca con la vista puesta en el inminente y previsto expan-
sionismo territorial chileno, para lo cual también se invitó a Argentina,
que mantenía, sin embargo, controversias irresolutas con Bolivia, por la
zona de Tarija. Para el discurso chileno éste es otro de los elementos que
desencadenó la guerra:
La Guerra del Pacífico supone un enorme esfuerzo que hizo Chile entero para
defender lo que consideraba sus derechos al no cumplirse el Tratado de 1874 con
Bolivia. Supone también que la participación del Perú se debió a su compromiso
con Bolivia por el tratado secreto de 1873 y también a su agresiva campaña por el
salitre (Entrevista al General Arancibia (Chile), julio de 2018).
La Guerra del Pacífico supone la acción mancomunada de dos naciones que
habían suscrito en 1873 un pacto secreto de alianza militar, que no podía estar
dirigido sino contra Chile. Tal fue el grado de animosidad que estos dos vecinos
tenían contra Chile que seis años antes de la guerra, ya se habían coaligado en su
contra (Entrevista al General López (Chile), julio de 2018).
Esta casus belli, que desde Chile justificaría una suerte de realismo
preventivo ante lo inminente de la amenaza chileno/boliviana, hace que
la lectura que plantean Bolivia y Perú resulte totalmente distinta. Desde
la academia militar boliviana se reconoce que el acuerdo secreto no era
tan secreto, y que la principal rivalidad no era tanto con Bolivia y sí más
con Perú.
Perú se da cuenta de todo ello y de que el problema de fondo es que Chile busca
la supremacía en el Pacífico sur. Es lo que mueve la firma del tratado defensivo,
del cual Chile tenía pleno conocimiento porque los argentinos se lo habían dicho
(Entrevista al General Peña y Lillo (Bolivia), agosto de 2018).
Los bolivianos entendemos que la Guerra del Pacífico fue toda una guerra de
invasión, más contra Perú que contra Bolivia, si bien, por el tratado de asistencia
recíproca que teníamos firmado con Perú fue que fuimos a la guerra (Entrevista
al General Jemio (Bolivia), agosto de 2018).
Asimismo, para la posición peruana:
La Guerra del Pacífico se debe a una geopolítica netamente expansionista pues
Chile necesitaba los recursos. Pero esto no se puede confundir con el hecho
13
estudos internacionais • Belo Horizonte, ISSN 2317-773X, v. 9, n. 1, (abr. 2021), p. 7-23
de que en Chile el expansionismo fuese súbito. Hay un punto de quiebre en la
guerra hispanoamericana de 1864-1866, cuando para defenderse de los españoles
recurren a pedir ayuda a Perú y a su flota naval, que en ese momento era mayor,
y que supone, en cierto modo, un trauma para Chile (Entrevista al Mayor Castro
(Perú), septiembre de 2018).
La evolución de la Guerra del Pacífico
Existe un mayor consenso entre los historiadores militares bolivia-
nos, chilenos y peruanos sobre el desarrollo de la guerra y las consecuen-
cias, aún presentes, que ésta dejó en el litoral del Pacífico latinoamericano.
Hay un mutuo convencimiento de que la carrera militar armamentista
que venía desarrollando Chile desde hacía años le confería una posición
de ventaja sobre la alianza boliviano-peruana:
Las Fuerzas Armadas de Chile eran más fuertes y preparadas. Ellos ya venían del
conflicto de 1876 con Argentina por la Patagonia y para 1879 tenían una Armada
sin parangón y un Ejército muy bien equipado. Éramos un Estado sin Estado, sin
institucionalidad, sin inclusión de la masa indígena. Éramos un Estado reventado
por su economía (Entrevista al Coronel Cassaretto (Perú), septiembre de 2018).
Chile tenía una economía mucho más estable y una clase media más grande.
Perú era todo lo contrario. Muy fracturado. Con una complicadísima geografía y
sin estructura. Y lo mismo pasaba en Bolivia (Entrevista al Mayor Castro (Perú),
septiembre de 2018).
Bolivia y Perú apenas se defienden por no darse cuenta, en ningún momento,
del avance tecnológico que supone el cañón de retrocarga y el fusil de repetici-
ón. Esa superioridad tecnológica tan importante es la que resuelve la guerra y
permite a un país depredar la zona en disputa (Entrevista al General Peña y Lillo
(Bolivia), agosto de 2018).
Este discurso contrastaría con el discurso chileno, centrado en en-
salzar la causa nacional de un pueblo levantado en armas y que fue lo que
le permitió salir victorioso de la guerra contra Perú y contra Bolivia:
La Guerra del Pacífico sería para Chile un esfuerzo extraordinario que compro-
metió a toda la nación y que, a pesar de encontrarse inicialmente en desigualdad
de condiciones en cuanto a poder económico y militar, fue capaz de movilizar
un ejército expedicionario que aumentaría su fuerza inicial de 2.400 hombres a
una dotación de 25.000 soldados equipados y entrenados. (Entrevista al Coronel
Enberg (Chile), julio de 2018).
La Guerra del Pacífico deja de manifiesto la superior capacidad de reacción mili-
tar de Chile, país que, con un Ejército inicial que no superaba los 2.500 hombres,
logra movilizar a más de 60.000 ciudadanos a lo largo de los seis años de guerra.
(Entrevista al General López (Chile), julio de 2018).
Finalmente, en el imaginario colectivo de la guerra se plantea que,
en la evolución de la misma, un elemento siempre recurrido es la fractura
de la relación boliviano-peruana, la cual se entiende bajo consideraciones
de muy diferente signo. En el caso boliviano se reclama la lealtad a Perú, de
manera que la salida de la guerra se debía, especialmente, a la incapacidad
de sostener la misma a tenor de la situación interna atravesada por el país:
Con Perú se ha creado una leyenda negra en torno a que les hemos abandonado
y consideran que la causa de la guerra fue la toma de Antofagasta y la agresión
chilena a Bolivia. En su historia hemos pasado a ser los traidores a pesar de que
hasta en 14 ocasiones hemos desestimado una agresión contra ellos y en favor
de Chile, como también se llegó a plantear en la Guerra del Pacífico. Solo muy
pocos reconocen el apoyo de sangre que les dimos (Entrevista al General Jemio
(Bolivia), agosto de 2018).
14
Jerónimo Ríos Narratvas militares actuales sobre la Guerra del Pacífico, 1879-1883
Algo que, con relativo escepticismo se interpretaría desde la mirada
peruana y, especialmente, desde la mirada chilena, en donde predomina
que la noción de que guerra tenía sentido más con Bolivia que con Perú.
Como Bolivia, teníamos problemas políticos y falta de unidad, pero de lo más
importante es el abandono prematuro de la guerra por parte de Bolivia (Entrevis-
ta al Coronel Cassaretto (Perú), septiembre de 2018).
Chile se vio enfrentado también a Perú, país con el cual Chile no presentaba
problemas. Inicialmente, Chile nunca pensó en ir a invadir la propia capital del
Perú, esta alianza le costó al Perú casi cuatro años de ocupación militar en el co-
razón de su territorio, mientras que Bolivia, tras la derrota de las fuerzas aliadas
peruano - bolivianas en la batalla de Tacna (26 de mayo de 1880), se retiraría del
escenario de la guerra y abandonaría a su aliado a su suerte (Entrevista al Coro-
nel Enberg (Chile), julio de 2018).
Las consecuencias de la Guerra del Pacífico y el retrato nacional
Las consecuencias de la Guerra del Pacífico distaron mucho en su
alcance y significado para los tres países, pues si en Perú se alienta a la
creación del sentimiento nacional, en Bolivia se alega al sentimiento de
traición y agresión de parte de Chile. En ambos casos se observa un ele-
mento configurador del relato patriótico y una lectura interpretativa de
la relación nosotros/ellos con los vecinos regionales:
Es un antes y un después. Es lo que nos obliga a despertar de un caos como
Estado. Es un hito. Es una herida vigente. Nuestros dos grandes hombres de la
patria son Grau y Bolognesi. Mucho más allá de nuestros libertadores, la Guerra
del Pacífico nos marcó como nación (Entrevista al Coronel Cassaretto (Perú),
septiembre de 2018).
La Guerra del Pacífico es la guerra que nos otorga como nación a los hombres
que han simbolizado los paradigmas nacionales, porque de la guerra indepen-
dentista no tenemos imágenes o personajes que simbolicen el prohombre que
toda nación necesita. La Guerra del Pacífico sirvió para fundar nuestra identidad
nacional. Por eso encuentras por todas partes a Grau, Cáceres, Bolognesi (Entre-
vista al Mayor Castro (Perú), julio de 2018).
Como se señalaba, esta visión particular de la Guerra del Pacífico
se alimenta, desde Bolivia, en términos de traición, usurpación o despojo,
lo cual mostraría un nivel de aversión y de emocionalidad de una derrota
hoy muy presente en el relato histórico-militar boliviano. Algo de lo que
dan buena cuenta los tres generales e historiadores militares entrevistados:
En Bolivia hemos tenido guerras con los cinco vecinos: Brasil, Perú, Paraguay y
Argentina. Hemos superado todas. Hemos cerrado las heridas, pero con Chile
siguen abiertas por la Guerra del Pacífico. Con Chile lo que hay es rencor. Nos
dio una puñalada por la espalda y de una forma abusiva (Entrevista al General
Peña y Lillo (Bolivia), agosto de 2018).
Para el consciente colectivo de la bolivianidad, Chile es sinónimo de problema
marítimo y la convivencia pacífica solo puede ser con eso. El ciudadano boliviano
nace con un resentimiento hacia Chile donde se forma una verdad histórica, hay
una daga en la espalda por la injusticia, la soberbia chilena y por los costos que
eso implica (Entrevista al General Alcázar (Bolivia), agosto de 2018).
Finalmente, para Chile la Guerra del Pacífico deja consigo una afec-
tación a las relaciones geopolíticas con los vecinos de la región pues:
Sus consecuencias exacerban sentimientos en la relación de poder en la región,
estando siempre presentes en la relación entre estos Estados. Una inadecuada
delimitación fronteriza al término del mismo y el hecho que los acuerdos se
15
estudos internacionais • Belo Horizonte, ISSN 2317-773X, v. 9, n. 1, (abr. 2021), p. 7-23
firmaran con gobiernos débiles y poco representativos, arrastran sentimientos
reivindicatorios hasta nuestros días (Entrevista al General Le Dantec (Chile),
julio de 2018).
La controvertida afirmación de quien fuera Jefe del Estado Mayor
Conjunto de Chile, admitiría matices en las relaciones entre Chile y Bolivia
y Chile y Perú. Una doble relación con una comprensión, interiorización
y normalización de las consecuencias de la Guerra del Pacífico que pone
de manifiesto diferentes miradas entre los involucrados. De esta manera,
para el lado peruano se aprecia menos beligerancia con respecto a Chile,
si bien se reconoce la vigencia de la enemistad en el imaginario colectivo:
La Guerra del Pacífico no afecta hoy en día a las relaciones gubernamentales. La
Guerra del Pacífico es una espina, pero ya ha sido superada. Sin embargo, en el
colectivo peruano sí que está presente en nuestros colegios, en nuestras plazas,
en nuestro subconsciente. Hablamos de hermandad, pero la Guerra del Pacífico
sigue y seguirá en todos nosotros (Entrevista al Coronel Cassaretto (Perú), sep-
tiembre de 2018).
Si los chilenos hubieran accedido a entregar esos tres kilómetros en el sur, eso
hubiera sido una muestra de cerrar el tema y para los peruanos, en su imaginario
colectivo, psicológico y mental, hubiera sido una victoria desde la que cerrar
definidamente la cuestión. En Chile, junto a esta terquedad persisten relatos revi-
sionistas y declaraciones hirientes que buscan que Perú ‘pise el palito’ (Entrevista
al Mayor Castro (Perú), septiembre de 2018).
La mirada de escepticismo, en el caso de Bolivia, va más allá, admitiendo
un tinte mucho más crítico, erigido desde la desconfianza y la percepción de
Chile como un país beligerante y desestabilizador de la región.
Los chilenos tienen hipótesis para una guerra con los tres países al tiempo y es
por eso que invierte continuamente en armamento. Chile es un país peligroso,
muy militarizado y en condiciones de preparar una guerra entre los tres vecinos:
todo, como resultado de la Guerra del Pacífico (Entrevista al General Peña y Lillo
(Bolivia), agosto de 2018).
Nadie quiere enemistarse con Chile y nuestro derecho es muy urticante para
los vecinos, incluido Chile, por ser una mancha en sus credenciales intachables
de buenos vecinos que no son tan reales (Entrevista al General Jemio (Bolivia),
agosto de 2018).
Del lado chileno, se reconocería una posición de rivalidad con am-
bos países si bien, como perfectamente recoge el testimonio del Coronel
Enberg, con dos alcances y significaciones particulares:
Con Perú las relaciones diplomáticas se han mantenido en un estado de “nor-
malidad”, con los vaivenes propios de una diplomacia respetuosa. Pero aún está
pendiente para Perú una cuestión de un pequeño triángulo terrestre producto de
la proyección del hito N°1 a un “Punto Concordia” o “Punto 266” reclamado por
Perú, cosa que Chile se opone. Con Bolivia la situación es más compleja ya que no
existen relaciones diplomáticas, y la cuestión de una salida al mar “con soberanía”
por parte de Bolivia, constituye para ellos un objetivo nacional permanente. De
acuerdo al tratado de 1904, prestamos servicios portuarios en Arica y Antofagasta
a los productos que importa e exporta Bolivia, con un costo para Chile de cien
millones de dólares anuales (Entrevista al Coronel Enberg (Chile), julio de 2018).
La cuestión marítima de la Guerra del Pacífico
Una de las cuestiones más espinosas que sigue afectando a las rela-
ciones geopolíticas de América Latina tiene que ver con este reparto de
tierras resultado de la Guerra del Pacífico. El Tratado de Ancón suscrito
16
Jerónimo Ríos Narratvas militares actuales sobre la Guerra del Pacífico, 1879-1883
entre Chile y Perú dejaba como consecuencia más relevante que la región
de Tarapacá pasaba a manos chilenas, además de ocuparse las provincias
de Arica y Tacna por diez años, hasta que se fijara un plebiscito que re-
solviera si definitivamente quedaban en manos chilenas o peruanos. Lo
mismo, con Bolivia, se firmaría el Pacto de Tregua, el 4 de abril de 1884,
dejando consigo la ocupación chilena de Antofagasta y cercenando cual-
quier salida al Pacífico para Bolivia. Nuevamente, las lecturas son muy
divergentes, especialmente, entre la mirada chilena y la boliviana:
Tenemos a Perú que ha aceptado la derrota y ha tomado nota, pero siempre
está de guardia con Chile. Ellos no olvidan nada. Si Chile compra un avión, ellos
compran otro. Si Chile compra barcos, Perú compra barcos. Hay una guardia
permanente. Las ofensas nunca se olvidan. Bolivia tiene problemas mayores, al
haberse cercenado su salida al mar. No tenemos fuerza militar en este momento
para retornar al Pacífico, pero le digo que lograremos nuestro cometido por
cualquiera de las formas que nos muestra la Historia (Entrevista al General Peña
y Lillo (Bolivia), agosto de 2018).
El problema marítimo es un obstáculo muy serio para la integración regional
porque Bolivia respira la necesidad de salida al mar y dejar atrás el enclaustra-
miento injusto. Esto afecta comercialmente, representando el 1.5% del PIB anual
de Bolivia. ¿Cómo es posible que un país que tiene 6.000 km de costa y que ha
vivido de la economía boliviana se niegue a la convivencia de ceder una salida
soberana a Bolivia que no lo afectaría en nada? (Entrevista al General Alcázar
(Bolivia), agosto de 2018).
Desde Perú se pudiera reconocer una aprobación a la reivindica-
ción marítima de Bolivia, aunque se interpreta con relativa desconfian-
za, como reconoce el coronel peruano Julio Cassaretto, al afirmar que
“Bolivia tiene un tratado de por medio y una reclamación que debiera
ser concedida pero que difícilmente tiene salida. No hay forma que pue-
da recuperar nada, aunque lo justo fuese que lo hiciera”. Asimismo, se
entiende que la actual reivindicación marítima y territorial, boliviana y
peruana, sirve para alimentar fervores patrióticos:
Lo de Bolivia no tiene comparación. Esto sirve para una perfecta utilización políti-
ca por parte de muchos sectores nacionalistas de Perú y Bolivia, que utilizan al ene-
migo común chileno en lo que se denomina como la alteridad. Para nosotros más
que la guerra en sí, lo más duro fue la posesión de Tacna nuevamente, que fueron
más de cincuenta años (Entrevista al Mayor Castro (Perú), septiembre de 2018).
Nada que ver, ni una ni otra visión, con la mirada chilena, la cual
queda perfectamente recogida en la siguiente reflexión del General chi-
leno Le Dantec:
La Guerra del Pacífico a afectado las relaciones geopolíticas hasta el día de hoy,
han pasado 138 años y aún Perú y Bolivia no han podido cerrar sus heridas. Perú
hasta el año 1979 pensaba todavía en la posibilidad de recuperar las “provincias
cautivas” como ellos llaman a Tacna y Arica - cabe recordar que Tacna fue
devuelto al Perú en 1929 - y para qué decir de Bolivia, que en la actualidad está
en curso una demanda en la Corte Internacional de la Haya, en la que Bolivia
demanda a Chile la obligación de “negociar una salida soberana al mar”. Cosa
que queda fuera de cualquier reclamo jurídico, ya que no se puede cambiar sin
la anuencia de ambos países el límite político fijado en el tratado de Tratado de
Paz de 1904, tratado que rige en la actualidad y que Chile obviamente no está
dispuesto a negociar (Entrevista al General Le Dante (Chile), julio de 2018).
En todo caso, Bolivia es conocedora que sus aspiraciones, dadas las
dificultades expuestas, pasan por una solución “a tres bandas”, integrando
a Perú en la solución:
17
estudos internacionais • Belo Horizonte, ISSN 2317-773X, v. 9, n. 1, (abr. 2021), p. 7-23
Solo muy pocos en Perú reconocen el apoyo de sangre que les dimos. Lo cierto,
2. El Tratado de 1929 serviría para
como se observa en el tratado de 19292 , es que hay mucho distanciamiento, pues
poner fin a la disputa chileno-peruana
también es que Chile tiene el candado y Perú la llave (Entrevista al General Jemio
por las provincias de Tacna y Arica,
(Bolivia), agosto de 2018).
la primera para Perú, la segunda para
Chile.
Perú se solidariza con el problema marítimo, pero Atacama para Bolivia es Arica
para el Perú. Arica es para Perú su provincia cautiva. Esto configura el escenario
porque obliga a tomar en cuenta la opinión de Perú de modo que el escenario
debe ser tripartito. La negociación ha de ser tripartita para no despertar suscep-
tibilidad, y antagonismos y sea participativa con un resultado de tres países que
han de resultar ganadores en la solución (Entrevista al General Alcázar (Bolivia),
agosto de 2018).
Mapa 1. Fronteras después de la Guerra del Pacífico, a partir del Tratado de 1929
Fuente: Commons.
Una solución negociada e integradora
Cualquier salida de Bolivia al litoral Pacífico heredera directa de la
Guerra del Pacífico, más allá de deseos ilusorios, pasa por concesiones que
Chile pareciera no estar dispuesto a permitir y, además, por una solución
tripartita que integre a Perú en la misma. Resultan más que evidentes los
18
Jerónimo Ríos Narratvas militares actuales sobre la Guerra del Pacífico, 1879-1883
continuos llamados a negociar e integrar una solución por parte de todos
los entrevistados cuando son preguntados por el escenario futuro de ve-
cindad entre Chile, Bolivia y Perú. En todo caso las miradas bolivianas al
respecto consideran que una victoria jurisdiccional ante La Haya -la cual
finalmente no se produjo a tenor del fallo del 1 de octubre de 2018- no se
traduciría en un acceso inmediato al litoral Pacífico:
Creo que al respecto vamos a obtener el triunfo diplomático, el cual va a ser muy
importante en la CIJ, pero esto no va a resolver el problema político. No creo que
se resuelva de inmediato. Hay que espera a seguir avanzando en los términos de
la integración y si bien con Chile tenemos diálogo, no negociación, pues a los
chilenos les interesa tenernos enclaustrados, dependientes, y sin salida (Entrevis-
ta al General Jemio (Bolivia), agosto de 2018).
Lo mismo es lo que considera el General Alcázar, enfático en la ne-
cesidad de intercambios cooperativos y mayores esfuerzos del lado chileno:
La primera responsabilidad es de parte de Chile. Deben asumir responsabilidades
en el marco con su propia población con explicar la verdad histórica. No es que
Bolivia nunca tuvo mar, como la tesis de 1956. Los propios historiadores chilenos
han aclarado esto y por aquí va una primera responsabilidad que enfrenta la
responsabilidad histórica. Una segunda responsabilidad es que debe hacer con-
ciencia sobre las 69 oportunidades en las que Chile y Bolivia pudieron solucionar
el problema negociado, 20 antes de 1904 y 49 después. A partir de esa realidad no
podemos olvidar que somos tres países condenados a convivir y desarrollarnos
juntos (Entrevista al General Alcázar (Bolivia), agosto de 2018).
Todo lo anterior, como es de esperar, colisiona con las miradas de
Chile, centrada en los tratados de 1904 y 1929, y que son la razón de peso,
por su vigencia, para negar cualquier atisbo de reclamación territorial -
en línea con el último fallo de la CIJ. Así, para uno de los más reconocidos
historiadores militares chilenos, como es el General Arancibia, el proble-
ma es que Perú y Bolivia siguen mirando atrás:
El ideal sería seguir avanzando hacia el futuro unidos y dejar la guerra atrás, pero
la concurrencia a La Haya de los tres países confirma que hay problemas que
impiden marchar más veloces al futuro, y un ejemplo es el tema de la negocia-
ción que exige Bolivia por su salida al mar y la controversia del río Silala, y con
Perú el tema que quedó pendiente que es su posición con respecto al triángulo
terrestre en su frontera sur con Chile (Entrevista al General Arancibia (Chile),
julio de 2018).
Otro general chileno como es Le Dantec considera la necesidad de
inscribir el conflicto en la complejidad misma de la derrota que, sin fun-
damento, alimenta la posición beligerante de Perú y Bolivia en la región:
Perú y Bolivia, se consideraban superiores a los habitantes del sur que producto
de los constantes conflictos con los pueblos originarios, fueron forjando una raza
mucho más ruda, belicosa y esforzada con la cual debieron enfrentarse, por lo
que predomina un sentimiento de débil a poderoso, donde perciben el conflicto
como una agresión usurpadora de un vecino más fuerte creando y manteniendo
en el tiempo efectos reivindicatorios (Entrevista al General Le Dantec (Chile),
julio de 2018).
Finalmente, el General López, expresidente de la Academia de His-
toria Militar, idénticamente interpreta que se trata de una cuestión ana-
crónica, del pasado, y que solo se supera mirando al futuro:
El sólo hecho de que el Estado de Chile haya sido sujeto de demandas por parte
del Perú y de Bolivia ante la CIJ, es una muestra de que la convivencia no consi-
gue alcanzar los niveles de buena vecindad que requieren nuestras naciones. Las
dos demandas han sido motivadas por asuntos que tiene su origen en la Guerra
19
estudos internacionais • Belo Horizonte, ISSN 2317-773X, v. 9, n. 1, (abr. 2021), p. 7-23
del Pacífico. Si se superaran los recelos y los revanchismos, los tres Estados que
estuvieron en guerra hace más de 130 años, podrían incrementar mucho más sus
lazos comerciales, explorando la complementariedad de sus economías (Entrevis-
ta al General López (Chile), julio de 2018).
La Guerra del Pacífico y el imaginario colectivo
El relato nacional se construye sobre la base de las guerras, victo-
riosas o derrotas, que confieren los nombres, los hitos y las fechas que, en
el imaginario colectivo, se inscriben como los momentos forjadores de la
nación. Ya se advertía cómo, para el caso de Perú, los entrevistados des-
tacaban incluso a Grau, Cáceres o Bolognesi como los padres de la patria
que no tuvieron tras la guerra independentista. De igual modo, cabría es-
perar un muy diferente relato de la Guerra del Pacífico respecto de cómo
lo hacen Bolivia o Perú a cómo lo hace Chile. Así, del caso boliviano se
destaca el papel significativo y la visceralidad que ya está presente desde
la escuela y la infancia:
Desde niños se nos enseña que fuimos víctimas de una agresión. Tenemos que
defender Bolivia como sea. El servicio militar obligatorio, por ejemplo, cuando
alguien llega con la idea de suprimirlo, automáticamente es acusado de ser chi-
leno. Es resquemor es sobre lo que pasó y lo que debe pasar. Queremos salinas
soberanas y salida al mar. Esto nunca se olvida y se transmite de generación en
generación (Entrevista al General Peña y Lillo (Bolivia).
La Guerra del Pacífico está cargada de odio y rechazo a los chilenos. Nuestras
escuelas, nuestros niños, desde pequeños, saben del expolio y del saqueo come-
tido por los chilenos. Eso no va a cambiar. Somos una historia de resentimiento
contra los chilenos. El cobre, el guano, el salitre, el litio. Todo era de nuestro
territorio (Entrevista al General Jemio (Bolivia), agosto de 2018).
Si bien la posición peruana era mostrada con anterioridad, el Coro-
nel Cassaretto también resalta la importancia de la guerra en las escuelas
peruanas, aunque de manera más matizada:
En nuestras escuelas miramos con profundidad lo sucedido. Más que en cual-
quier otra parte de América Latina. Se paran las clases con las fiestas de la guerra,
incluso, con motivo del 5 de abril (Entrevista al Coronel Cassaretto (Perú),
septiembre de 2018).
Todo lo anterior, lejos de la forma en la que se inserta la Guerra del
Pacífico en el relato nacional chileno, como resalta el Coronel Enberg:
Mientras en Perú y Bolivia se continúa enseñando en los colegios una historia
cargada de mitos y heroísmo exaltado, donde se muestra al soldado chileno que
combatió en esa guerra como un verdadero demonio, en Chile el sentimiento de
orgullo por haber ganado el conflicto se ha ido diluyendo en el tiempo. En Chile
me atrevo a decir que cada vez menos se enseña esta guerra a los jóvenes y niños
(Entrevista al Coronel Enberg (Chile), julio de 2018).
Conclusiones
Es posible advertir diferentes conclusiones con respecto a cómo
hoy persiste en el imaginario colectivo de las Fuerzas Militares y sus his-
toriadores, la Guerra del Pacífico. En primer lugar, se puede observar de
qué modo esta guerra admite diferentes interpretaciones en cuanto a su
origen, sus causas, su misma evolución y las consecuencias que dejó, ma-
yormente, para Bolivia y Chile.
20
Jerónimo Ríos Narratvas militares actuales sobre la Guerra del Pacífico, 1879-1883
También se da puede dar perfecta cuenta de cómo su vigencia
afecta a las relaciones entre Chile y Bolivia, y cómo la disputa territorial
marítima entre ambos y una pequeña reivindicación irresoluta en el sur
peruano, hacen que no se haya cerrado el capítulo de la guerra, un siglo
y medio después. Esto, nada baladí, no solo construye los imaginarios
colectivos y transforma las alteridades de los vecinos del flanco sur lati-
noamericano. Además, permite exaltar nacionalismos y evocar aconteci-
mientos que configuran el modo en el que son percibidos los respectivos
vecinos de la región.
Llama poderosamente la atención que no haya ni siquiera acuerdos
sobre el origen. Mientras que Bolivia y Perú hacen una lectura mucho
más alejada a febrero de 1879 e inscriben en la década de los cuarenta el
inicio de la guerra, en Chile reducen la lectura a los hechos derivados por
la variación de precios sobre salitre y guano a finales de la década de los
setenta. Lo anterior conduce a lecturas contradictorias con respecto al
alcance, significado y justificación del pacto secreto suscrito entre Bolivia
y Perú, para quienes se justifica por el expansionismo territorial y eco-
nómico chileno. Todo lo contrario, Chile se percibe a sí mismo como un
enemigo y una amenaza injustificada, extensible también a las tensiones
con Argentina, lo cual explica su necesidad vital de defenderse y proteger-
se militarmente ante potenciales enemigos.
En cualquier caso, no hay dudas, ni en los testimonios ni en la bi-
bliografía consultada, que la victoria militar chilena era incuestionable,
tanto por el fusil de retrocarga y otras innovaciones militares que le da-
ban una importante ventaja en el combate cuerpo a cuerpo, como por su
mayor disciplina castrense, la mayor cohesión de la relación cívico-mili-
tar, y por la misma capacidad de movilizar ciudadanos a la defensa de la
causa nacional.
La causa marítima va a seguir coleando como la gran razón irreso-
luta de las relaciones geopolíticas entre Bolivia, Chile y Perú, pendiente
de una solución tripartita, y más allá de la reciente decisión adoptada por
CIJ, lo cual no invita al optimismo, habida cuenta de que Chile resuelve la
disputa invocando mirar al futuro y, por ende, entendiendo que este tipo
de reclamo es tan anacrónico como nada factible.
A partir de ahí es fácil entender cómo se alimenta un relato nacio-
nal, presente en las escuelas, mucho más acentuado en los casos de Boli-
via y Perú. Sin embargo, más allá de los llamados al futuro, a la integra-
ción, a la cooperación intergubernamental y al aliento de nuevas miradas,
pareciera que aún son contadas las nuevas lecturas, más conciliadoras,
sobre la Guerra del Pacífico. Puede que sin éstas resulte imposible abrazar
nuevos senderos de un campo de estudio, hasta el momento, abonado por
lecturas y miradas mayormente presentadas como irreconciliables.
Referencias
ABECÍA, V. Las relaciones internacionales en la historia de Bolivia. La Paz: Los Amigos del
Libro, 1979.
ARELLANO, J. C. “El pueblo de filibusteros y la raza de los malvados: discursos nacionalistas
chilenos y peruanos durante la Guerra del Pacífico (1879-1884). Diálogo Andino, 48, 71-83, 2015.
21
estudos internacionais • Belo Horizonte, ISSN 2317-773X, v. 9, n. 1, (abr. 2021), p. 7-23
ARELLANO, J. C. “Discursos racistas en Chile y Perú durante la Guerra del Pacífico (1879-
1884)”. Estudos Ibero-Americanos, 38(2), 239-264, 2012.
ARIÑO, A. “Ideologías, discursos y dominación”. Revista Española de Investigaciones Socio-
lógicas, 79, 197-219, 1997.
BARZELAY, M. y CORTÁZAR, J. C. Una guía práctica para la elaboración de estudios de
caso sobre buenas prácticas en gerencia social. Washington: INDES, 2004.
BLACK, J. Rethinking Military History. Nueva York: Routledge, 2004.
BONILLA, H. Guano y burguesía en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1974.
BONILLA, H. Un siglo a la deriva: Ensayos sobre el Perú, Bolivia y la guerra. Lima: Instituto
de Estudios Peruanos, 1980.
EDELMAN, M. La construcción del espectáculo político. Buenos Aires: Manantial, 1991.
FARCAU, B. Chile, Peru, and Bolivia in the War of the Pacific, 1879-1884. Westport: Praeger
Publishers, 2000.
FERNÁNDEZ, E. et al. “Textos escolares y la guerra del pacífico: ¿Obstáculos o instrumentos
para la integración de chilenos y peruanos?” Revista de Pedagogía, 38(102), 53-79, 2017.
FIGUEROA, C. “Geografías en disputa. La construcción del Chile territorial”. Revista 180, 141,
8-13, 2011.
GEERTZ, C. La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa, 1987.
GODOY, M. “Ha traído hasta nosotros desde territorio enemigo, el alud de la guerra”: Confisca-
ción de maquinarias y apropiación de bienes culturales durante la ocupación de lima, 1881-1883”.
Historia, 44(2), 287-327, 2011.
GODOY, M. “Los prolegómenos de una crisis episódica: El cantón de Taltal y la ley de impuesto
a la producción salitrera, 1873-1883”. Historia, 49(2), 455-486, 2016.
IBARRA, P. “Peruanos y bolivianos en la sátira chilena de la Guerra del Pacífico (1879-1884)”.
Historia y Comunicación Social, 21(1), 75-95, 2016.
KLAREN, P. “Los orígenes del Perú moderno, 1880-1930”. Bethell, L. (ed.). Historia de Améri-
ca Latina (vol. 10). Barcelona: Crítica, 1996.
KLEIN, H. Historia General de Bolivia. La Paz: Juventud, 1982.
KLEIN, H. “Bolivia desde la Guerra del Pacífico hasta la Guerra del Chaco, 1880-1932”. Bethell,
L. (ed.). Historia de América Latina (vol. 10). Barcelona: Crítica, 1996.
KUUS, M. “Foreign Policy and Ethnography: A Skeptical Intervention”. Geopolitics, 18(1), 115-
131, 2013.
LANZA, J. “El método narrativo para entenderla trayectoria y el funcionamiento de las políticas
públicas locales”. Ciencia Política, 12(23), 175-203, 2017.
MCEVOY, C. “Chile en Perú: guerra y construcción estatal en Sudamérica, 1881-1884”. Revista
de Indias, 236, 195-216, 2006.
MCEVOY, C. Armas de persuasión masiva: Retórica y ritual en la Guerra del Pacífico. Centro
de Estudios Bicentenario, Santiago, 2010.
MCEVOY, C. Guerreros Civilizadores: Política, Sociedad y Cultura en Chile durante la Guerra
del Pacífico. Santiago: Universidad Diego Portales, 2011.
MCEVOY, C. “Civilización, masculinidad y superioridad racial: una aproximación al discur-
so republicano chileno durante la Guerra del Pacífico (1879-1884). Revista Sociología Política,
20(42), 73-92, 2012.
MORA, M. “La Casa Gibbs y el monopolio salitrero peruano: 1876-1878”. Historia, 41(1), 63-77,
2008.
OLGUÍN, P. “Fantasmas de rojo y azul. Los saqueos de las tropas chilenas en la guerra del Pací-
fico”. Anuario colombiano de historia, sociedad y cultura, 43(1), 263-293, 2016.
Parodi, D y Chaupis, J. Lo que decimos de ellos: La guerra del Pacífico en la historiografía y
manuales escolares peruanos. Lima: Universidad de Lima, 2019.
PARODI, D. La Guerra del Pacífico en la historiografía y manuales escolares chilenos. Lima:
PUCP, 2010.
PROKKOLA, E. “Using Narrativity as Methodological Tool”. ACME: An International E-Jour-
nal for Critical Geographies, 13(3), 442-449, 2014.
22
Jerónimo Ríos Narratvas militares actuales sobre la Guerra del Pacífico, 1879-1883
QUEREJAZU, R. Guano, salitre y sangre: Historia de la Guerra del Pacífico. La Paz: Los Ami-
gos del Libro, 1978.
RÍOS, J. y CAIRO, H. “Los discursos sobre la participación política en el proceso de paz de Co-
lombia”. Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, 20(39),
317-339, 2018.
ROJAS, C. y SALAZAR, M. “La patria en escena: El teatro chileno en la guerra del pacífico”.
Historia, 48(1), 77-97, 2015.
ROJAS, F., ARAYA, A. y RAMÍREZ, D. “Tras los pasos de la muerte. Mortandad en Tacna du-
rante la Guerra del Pacífico, 1879-1880”. Historia, 50(2), 399-441, 2017.
SATER, W. Chile and the War of the Pacific. Nebraska: University of Nebraska Press, 1986.
SATER, W. Andean Tragedy: Fighting the War of the Pacific, 1879-1884. Lincoln: University of
Nebraska Press, 2007.
SICOTTE, R., VIZCARRA, C. y WANDSCHENEIDER, K. “The Fiscal Impact of the War of the
Pacific”. Cliometrica, 3, 97-121, 2009.
STOCKMEYER, V. “El ejército de Chile en vísperas de la Guerra del Pacífico: una visión de las
tropas (1866-1879). Historia, 1, 135-155, 2016.
TÉLLEZ, E. Historia General de la frontera de Chile con Perú y Bolivia. Santiago: Universi-
dad de Santiago de Chile, 1989.
VAN DIJK, T. “Discurso y dominación”. Grandes Conferencias en la Facultad de Ciencias
Humanas, 4, 5-28, 2004.
VAN DIJK, T. “Ideología y análisis del discurso”. Revista Utopía y Praxis Latinoamericana,
29, 9-36, 2005.
ZEGARRA, L. “Reconstruction of export series for Peru before the Great -Depression”. Journal
of Iberian and Latin American Economic History. En prensa, 2018.
23